Paola Cornu. AP. EOL. NEL. Santiago de Chile. AE de la Escuela Una (2020-2023)
David Hockney
¿Qué puede evocarle el paradigma VI, La no relación?
Los seis paradigmas del goce es una presentación que realiza Miller en su Seminario sobre “La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica”, sobre una lectura elaborada del recorrido de la conceptualización del goce, precisando sus variaciones en la enseñanza de Lacan. Hacer una revisión para este encuentro, del paradigma VI, permite pensar el goce en cada trayecto y recorrido de una experiencia analítica. Una por una, en tanto, lo que nos orienta es la ética y política que sostenemos en nuestra práctica por lo real y la singularidad de cada parlêtre.
El sexto paradigma que construye Miller lo va a inscribir y extraer del momento particular del Seminario 20, “Aún”, lo va a llamar “la no relación”. Situando aquí que Lacan dará un giro cuestionando lo que era su punto de partida en su momento inicial: el lenguaje y la palabra, como comunicación dirigida al Otro y ubicará lo que llamará lalengua, en disyunción con el lenguaje y a la palabra concibiendola como goce y no como comuncicación, siendo el lenguaje una elucubración sobre lalengua. Así nos encontramos con una disyunción entre el goce y el Otro, el significante y significado, el hombre y la mujer en tanto, inexistencia de la relación sexual. No hay proporción ni complementareidad entre los sexos. El Otro que apuntaba al deseo, a la articulación significante y a la conjunción, se encuentra en disyunción con el goce, que no hace relación.
De esta forma la distinción de este paradigma nos planteará que el punto de partida será el goce, de esta forma no hay relación:“hay goce”, reconduciendo a un Uno solo separado del Otro, goce Uno sin Otro, hay Uno sin aticulacion al dos. De esta forma se introduce el cuerpo en tanto lugar del goce, que es el propio cuerpo. “Sólo hay psicoanálisis de un cuerpo viviente y que habla”, ubicando allí Miller en el “y” el misterio del cuerpo hablante. Pista importante que nos entrega en tanto el lugar de la palabra. En un análisis, ¿qué escuchamos y leemos? podríamos decir las huellas-marcas del goce en cada parletre. De lo que se goza, acento sobre el Uno, que es goce Uno, goce solitario, que prescinde del Otro. Hay un cuerpo que habla, se goza.
No hay relación, abre al lazo(s), anudamientos y arreglos posibles que cada parlêtre llegará a inventar. Finalmente un saber arreglárselas con… lo que se confrontó en las vueltas dichas del trayecto de la experiencia analítica, de lo que no hay y de lo que hay, restos sintomáticos. Lo que permite el sinthome como anudamiento, que lleva a una satisfacción al final del análisis.
Bajo los tiempos que corren pandémicos, aún hoy…nos vemos confrontados a unir al horizonte la subjetividad de nuestra época, cómo nos orientaba Lacan. Interrogarnos e investigar sobre el goce y la experiencia de lo real en la cura psicoanalítica, el lugar de la presencia del y/o los cuerpos, a propósito de la atención telemática, sus efectos y en ello continuar con la invitación de Miller hecha hace años, en que situando que “ya no es lo mismo analizar el Inconsciente en el sentido de Freud (…) apostemos por que analizar al parlêtre es lo que ya hacemos y tenemos pendiente saber decirlo”[1] desde ¿cómo dar cuenta del trabajo analítico con el hablante ser, con el parlêtre, cuerpo parlante? en lo que nos acontece hoy en nuestra práctica… todo un desafío…
[1] Miller, J.-A., El cuerpo hablante. Sobre el inconsciente en el siglo XXI”. Scilicet. Grama. Buenos Aires, 2015, p. 28
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