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Una pregunta a... Verónica Lagamma

¿Qué incidencia le parece que ha tenido en la clínica el paradigma III El goce imposible?



Verónica Lagamma. Participante Eol Sección Rosario

Miller sitúa el tercer paradigma del goce: el goce imposible, real, absoluto y masivo. De modo que solo se accede a el por trasgresión, por un quebrantamiento entre el significante y el goce. Es en el Seminario 7 que Lacan introduce el goce imposible atribuido a lo real. Lacan sostiene que la cara mortífera de la pulsión, pulsión de muerte, empuja hacia un goce imposible.

Este tercer paradigma pone al goce del lado de la Cosa, das Ding. Si el primer paradigma se trataba de imaginarizar el goce y el segundo paradigma de significantizarlo, en el tercero, el goce es real. Das Ding lo sitúa fuera del significado y del significante y anterior a toda represión, lo que implica introducir la defensa a diferencia de la represión que caracteriza a lo simbólico. Lo real indicado por la Cosa, es un real extranjero al sujeto. Lacan hace de la Cosa el primer nombre del más allá del principio del placer, punto de encuentro entre real y goce.

Lacan llevará a cabo en el Seminario 7 una relectura de Antígona. Esta voluntad heroica y trágica del acto sacrificial que emprende Antígona va más allá de lo simbólico. Me pregunto: ¿Es Antígona la heroína paradigmática de este empuje al acceso de un goce imposible? Por otro lado, Antígona separada y rebelde al orden de la ciudad apunta al puro S1, un significante absoluto y separado del Otro que denota que el Otro no existe. Esto habilita a Lacan a relacionarlo con un fin de análisis.

Otro ejemplo extraordinario de este paradigma es el goce sadeano en tanto se opone al principio del placer. El goce sadeano entraña un mal y presenta la proximidad a la cosa, esa dimensión éxtima. Este tercer paradigma nos conduce a pensar a Kant y a Sade. Como efecto del seminario 7, Lacan nos señala que, en un primer momento, la ética de Kant converge con el goce sadiano. En un punto definiendo la absoluta mismidad. En efecto el goce sadeano está adherido al imperativo kantiano.

¿Qué consecuencia tiene en el sujeto estar abismado en este goce?

Este goce imposible, goce real, no velado por el deseo ni el fantasma, puede presentarse bajo la forma del pasaje al acto. El pasaje al acto sitúa un goce imposible de soportar. El pasaje al acto está marcando una imposibilidad de saber hacer con el lenguaje y con el Otro.

Es interesante como Lacan nos dice en el Seminario 7 se trata para nosotros de saber qué podemos hacer con ese dam (damnación). Esta maldición. Si ubicamos la cuestión de das Ding como un lugar persistente de un goce mortífero se hace necesario abrir algunos interrogantes que nos pueden servir para pensar este paradigma en relación a la clínica. ¿Se tratará entonces de acotar y aislar este goce? ¿Cómo hacer frente a eso “éxtimo” que habita en cada uno? ¿Es una posible vía erigir las barreras culturales que impiden el acceso al goce malo? ¿Será preciso forzar una nueva alianza entre el goce y el Otro?

Decimos en este breve recorrido que algo de este goce imposible habita en el sujeto. El goce imposible localiza una experiencia de lo real. Sabemos que el sujeto está marcado por su relación con das Ding acerca del cual no se puede decir que sea malo, en tanto su carácter es mudo, salvo a través del síntoma. Se trata entonces, en la clínica, de reconocer el punto de imposible que caracteriza al núcleo de goce de todo síntoma.

Por último, otra consecuencia clínica de este paradigma es aproximarnos a la defensa que se establece con lo real, con este goce imposible, pulsional. Este margen inicial del cual el sujeto se defiende que va más allá de las ficciones y de la envoltura formal del síntoma.

Bibliografía

Lacan, J., El Seminario, libro 7, La ética del Psicoanálisis. (1959-1960) Buenos Aires, Paidós, 2007.

Miller, J.-A. (1998-99) “Paradigmas del goce” en La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica. Los cursos psicoanalíticos. Buenos Aires. Paidós. 2003.

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