¿Qué incidencia le parece que ha tenido en la clínica el paradigma I “La imaginarización del goce”?
La práctica analítica y el paradigma I
Quisiera poder pensar cómo se constituye mi práctica a partir de la puntualización que realiza Jacques-Alain Miller sobre “Los seis paradigmas del goce”, a los que llama: fotogramas simplificados. Intentaré unas líneas acerca del primer paradigma, al que llama “La imaginarización del goce”.
Cuando Miller nombra a los “seis paradigmas…” como fotogramas simplificados: ¿a qué se refiere? Se trata de una película narrada por Miller, un recorrido sobre el goce a lo largo de la enseñanza de Lacan. Nombra estos movimientos de Lacan para dar una perspectiva de la interrogación que se hace él mismo, pensando al goce como una brújula en relación a la posición del analista en la cura.
¿Cómo he podido orientarme en mi práctica utilizando esta brújula? Habría que hacer un ejercicio de la indicación de Lacan en RSI. En RSI, Lacan ubica lo que denomina "el analista es al menos dos": "…es indispensable que el analista sea al menos dos, el analista para tener efectos y el analista que, a estos efectos, los teoriza."
Tendría que decir, que en mi práctica no es posible aislar una perspectiva, y que cada uno de los seis paradigmas se ha constituido en una herramienta orientadora, ya que sería un límite a la experiencia analítica ubicarse en la perspectiva de un solo paradigma.
Sin embargo, trataré brevemente de realizar un recorte de la imaginarización del goce. Tal como lo plantea Miller, este primer paradigma se ubicará en la primera enseñanza de Lacan, y se conceptualizará en relación a una disyunción entre el significante y el goce. Podría pensar en el esquema lambda, en el cual aparecerá una relación sujeto/sujeto, que no es de igualdad, de paridad, sino que más bien debe ubicarse en un plano en el cual el analista descifra el sentido. Desde este punto podrá ubicarse el Otro, como sede de la palabra. Así es como el síntoma, en esta vertiente del primer paradigma podrá localizarse como un retorno de lo reprimido tal como lo plantea Freud. Es así, que en el lugar donde se descifra el síntoma se posibilitará que se constituya el lugar de un saber. Esto es, el cimiento de la transferencia y de aquello que Lacan, años más tarde conceptualizará como el SsS.
Además, como sabemos, para Freud el síntoma no se encuentra limitado a la esfera simbólica, sino que ubica una hipótesis económica. Lo libidinal. Aquello que a esta altura, Lacan localizará en el eje imaginario a-a’ del esquema lambda. Este campo es el del yo, reservorio de la libido.
Pensar estos dos ejes, implicó en mi práctica un esfuerzo de tratar de localizar todo el tiempo que satisfacción estaba en juego. Encontré allí una satisfacción del desciframiento, una satisfacción simbólica, que en el interior de la cura encontraba entusiasmo por el tratamiento similar a la satisfacción del chiste, tal como la plantea Freud. Al mismo tiempo, el campo libidinal, el del eje del yo, como una interferencia al eje simbólico, operando también como resistencia.
Es decir, en la clínica, he podido retomar la cuestión de la transferencia desde este punto. Si bien, en años posteriores encontramos nuevas elaboraciones, he podido pensar que, no puede en el ejercicio de nuestra práctica tomarse un momento de la enseñanza como único modo de lectura de la misma, sino que más bien podría decir que los seis paradigmas atraviesan de modo simultáneo, superpuestos, si pudiera decirse el ejercicio de una práctica.
*Daniel Peretta es Director de la EOL Sección Rosario
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